Los encadenamientos productivos en nuestro país.

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¿Alguna vez nos hemos preguntado que tan complejo puede ser la creación de un producto que aparentemente tiene una función muy simple pero que detrás de él hay toda una cadena de valor muy compleja, por ejemplo, un lápiz?

Haciendo alusión al famoso ensayo “Yo, el lápiz” de Leonard Read, en donde nos explica el milagro de miles de agentes que intervienen en la producción de un lápiz y la imposibilidad de que una sola persona lo pueda realizar. Va desde cortar arboles en el norte California para transportarlos en ferrocarriles donde intervienen, además de la fuerza laboral, sierras, sogas, camiones, y otros petrechos. Además de lo anterior, pensemos en las personas que intervienen en la extracción del mineral, la obtención del acero y su conversión en maquinaria para este trabajo; cultivo de cáñamo para llegar a la soga pesa, etc.

Nos deja una profunda reflexión de la configuración creativa humana, el conocimiento aplicado de miles de personas para dar paso a la respuesta de nuestras necesidades.

Lo anterior nos lleva a conceptualizarlo como “encadenamientos productivos” que no es más que la asociación de los actores económicos para generar cadenas de valor en un producto.

Hay políticas puntuales que buscan elevar la productividad, la competitividad, la homogeneización de los mercados para fortalecer los encadenamientos productivos. Si bien los esfuerzos deben empezar en la libertad de las empresas de realizar insumos que componen las etapas de un proceso, establecer una fortaleza en los vínculos comerciales internacionales ha sido el detonante para elevar la garantía de la calidad de los productos, como el TLCAN en 1994 o el T-MEC en 2020 para el caso de nuestro país.

Los sectores que se han beneficiado de este esquema es el de la hortofrutícola al tener mayor venta de colocación agrícola como el aguacate. Pasamos de no poder aguacate en 1995 a alcanzar una cifra de exportación para 2012 de más de 800 MMD.

Productos como la cerveza, artículos de confitería, chile, pepinos, productos de panadería, cebollas, sandías, alimentos para bebes y cigarrillos también presentaron un alto crecimiento.

Otro sector muy representativo que se ha visto altamente beneficiado es el sector automotriz, que pasó de una tasa de exportación de la manufactura automotriz 19.4% antes de la entrada en vigor del tratado de libre comercio a 25.8% a la actualidad.

Cabe mencionar que las implicaciones de la integración de los encadenamientos productivos, radican, principalmente, en la mejora de procesos tecnológicos, el desarrollo de proveedores por parte de las Pymes que elevaron su productividad y redujeron sus costos (economías de escala), la mejoría en la sostenibilidad laboral para los trabajadores, además del aumento en volumen de ventas para las empresas.

Por otro lado, los factores externos, nos obliga a fortalecer nuestros fundamentales macroeconómicos, como bien puede ser el control de la inflación, buen manejo de las finanzas públicas y de los déficits, deuda pública, tasa de desempleo y políticas encaminadas al crecimiento sostenido y constante del PIB; y todo por una razón valiosa: das una expectativa y una visión a los empresarios de que el país es fértil para la proliferación de estos encadenamientos comerciales. Lo que, a su vez, garantiza el desarrollo económico. La generación de empleos, el aprovechamiento de las ventajas competitivas y comparativas, así como el crecimiento integral es la herencia del encadenamiento productivo.